La caída del primer diente
Hoy desde clínica dental Dentalcalá os queremos hablar de algo por lo que hemos pasado todos cuando hemos sido pequeños: la caída de nuestro primer diente. Este hecho suele ocurrir entre los cinco y los siete años, cuando los niños empiezan a perder sus primeros dientes de leche. Si nos centramos en nuestros niños hay que concienciarlos y advertirles que no es un proceso doloroso, pero si hay que tener siempre en cuenta que es de vital importancia mantener una buena e idónea higiene dental, para evitar posibles infecciones en la mella que quede tras la caída.
Es probable que antes de celebrar su sexto cumpleaños, tu hijo pierda algún diente. De ser así, se habrá iniciado el proceso de pérdida de los dientes de leche, cuyo origen proviene porque el color es mucho más blanco que aquellos que se quedaran permanentemente. Esto es así porque porque los dientes definitivos y permanentes contienen un esmalte más rígido que hace que estos tengan un tono más amarillento.
Si nos centramos en cual es la posición de los dientes que se caerán primero, estos son los centrales y vaya continuando hasta los que se encuentran en los laterales. Siguiendo este orden los incisivos centrales inferiores son los primeros que se pierden, seguidos por los incisivos centrales superiores y posteriormente los laterales. En un futuro los niños notarán el cambio de muelas finalmente cuando alcancen la edad de los 11 o 12 años.
Generalmente los bebés que echaron los dientes antes de los seis meses empiezan a perderlos alrededor de los cinco años. Y los niños que tardaron más en aparecerles y empezarles a crecer, los pierden más adelante. Pero en casi todos los casos, entre los 12 y los 13 años ya no queda ningún diente de leche en la boca. Desde clínica dental Dentalcalá destacamos en que es más importante controlar la aparición de las piezas nuevas, que estar pendientes de la edad en la que el niño empieza a cambiar los dientes de leche.
Todo comienza cuando el niño empieza a notar cierta movilidad en la pieza dental, lo que provocará que se asuste, porque es algo que está viviendo por primera vez. Existe la posibilidad de que no quiera probar alimentos sólidos por temor a sentir dolor, por ello hay que tener paciencia con él y transmitirle tranquilidad, haciéndole ver que no existe ningún peligro por el que temer.
Es importante que el proceso siga su curso natural. Advierte a tu hijo que no se toque ni intente descolgar el diente que se mueve, ya que de esta manera es cuando puede sentir dolor y provocar daños peores en la encía, así como en la nueva pieza que está por salir.
Cuando el diente se haya desprendido hay que insistir en que no se debe tocar la herida ni la mella, para evitar posibles infecciones, así como un mal crecimiento de la nueva pieza.
Por último, una vez que tu hijo se acostumbre a este proceso hay que ir controlándolo hasta que tenga su dentadura definitiva, con un cepillado diario y continúo después de cada comida. Como siempre recomendamos desde clínica dental Dentalcalá, es importante que no exista un abuso de azúcares y mucho menos en esta etapa, para evitar posibles caries en el crecimiento de la nueva dentadura. La visita al dentista también es un factor a valorar para que exista un control más especializado y profesional en el crecimiento y corrección de las piezas dentales. Gracias al programa PADI se garantiza la asistencia dental básica a todos los jóvenes y adolescentes en edades comprendidas entre los 6 y 15 años y que tengan un crecimiento adecuado con una salud bucodental correcta.