La práctica de deporte tiene mucho beneficios para el cuerpo y para la mente. Pero la practicar deporte de élite puede afectar a la salud bucodental, sobre todo si se complemente con determinados complementos alimenticios.
Según señala el doctor Antonio F. Coppel García, colaborador de la Asociación Compromiso y Seguridad Dental, los principales problemas bucales se encuentran en caries, inflamación de las encías, amarillamiento dental, bruxismo y traumatismos dentales.
En primer lugar, los productos que ayudan a mantener la hidratación, al igual que las barritas energéticas, suelen tener altos niveles de azúcar, carbohidratos, minerales y ácidos, lo que contribuye a la aparición de caries. Al hacer deporte, también se inhala mucho aire por la boca. Esto provoca sequedad y escasez de saliva. “El deporte modifica la composición de la saliva, que se vuelve mas alcalina, lo que provoca la aparición de mayor sarro, que, si no se elimina o se trata, puede dar lugar a gingivitis o periodontitis”.
En segundo lugar, en los deportes acuáticos como la natación, los agentes químicos que se utilizan para la limpieza del agua puede provocar el surgimiento de un tono amarillento en las piezas dentales. “El estrés y la tensión provoca un mayor contacto entre los dientes, lo que conlleva un mayor desgaste de las mismas”. Ademas, aseguran que al practicar deporte se sufre un mayor riesgo de traumatismo que puede provocar la pérdida de piezas dentales.
Estudios han destacado cómo una mala salud bucodental puede afectar al rendimiento deportivo. “Esto ocurre porque cuando las bacterias de la cavidad bucal entran en contacto con el flujo sanguíneo pueden ocasionar lesiones en el corazón, ademas, las caries dentales o la enfermedad periodontal pueden provocar lesiones musculares”, explica Coppel.
Enfermedades bucodentales producidas por la practica intensa de deporte.
- Las caries. La deshidratación, el consumo de productos para hidratarse con elevados niveles de azúcar, carbohidratos, minerales y ácidos o bebidas con un pH bajo fomentan la aparición de caries. Se calcula que la caries dental tiene una prevalencia de entre un 15% y un 75% en los deportistas de élite.
- Inflamación de las encías. La composición de la saliva va cambiando con la práctica del deporte -se vuelve progresivamente más alcalina-, lo que desencadena en la formación de sarro. Si no se elimina o trata la placa bacteriana, se desarrolla una inflamación de las encías, conocida como gingivitis, y puede evolucionar a periodontitis.
- Amarillamiento dental. En deportes en contacto continuo con el agua de las piscinas, aparece un tono amarillento en los dientes por la acción de los agentes químicos que se emplean para mantener el agua.
- Desgaste dental o bruxismo. El estrés y la tensión a la hora de hacer ejercicio hace que se aprieten en exceso los maxilares haciendo que el contacto de unos dientes contra otros sea mayor, llevando al desgaste de las piezas y dolores en la musculatura de masticación y la articulación temporomandibular.
- Traumatismos dentales. Muchos deportes colectivos elevan el riesgo de traumatismos en los dientes, con roturas, movimientos e, incluso, pérdidas de piezas dentales.